Si alguna vez me reencarnara en la ciudad de Ubud, frecuentemente necesitaría echar mano de mi propia medicina natural para aliviarme del estrés provocado por tanto turista que viene a mis brazos a desintoxicarse de su agitada vida moderna.
No me iría muy lejos: me refugiaría en un lugar interior donde sé que todavía queda algo de paz y cordura para curarme con mi propio bálsamo. Conozco el camino y todas las señales me llevan a él. Es serpenteante, adoquinado y atraviesa la artería principal de mi corazón.
Bukit Campuhan, más conocido como Bukit Cinta, es la colina del amor de Ubud, un pequeño recorrido asfaltado donde resulta fácil dejarse engullir por sus trigales verdes llenos de esporas y cautivadoras vistas. Un lugar donde pedir deseos al aire libre a cambio de nada y donde los enamorados caminan sin prisa viendo pasar las 4 estaciones en un solo día…