Mrs. Hsipaw

Hsipaw conserva todavía la inocente mirada de curiosidad tan ansiada y valorada por los viajeros. Son sus afables lugareños los que entonando a todas horas mingalarbar! y sonriendo hasta el infinito, refuerzan esa felicidad universal de quererse sentir ciudadano del mundo para siempre.

Panorámica Hsipaw

Entre arrozales y shan noodles, la ribereña Hsipaw se ha hecho un pequeño hueco entre los amantes del trekking: quizá sea por sus fantásticos paisajes rurales, por sus sonrisas amables y generosas o tal vez, por sus sabrosas comidas que llegan a lo más profundo del alma de todo vegetariano. Porque es ese ambiente cotidiano que discurre a través de sus calles y mercados el que llena los pulmones de una apacible serenidad birmana mientras nos regocijamos alegremente paseo arriba y paseo abajo entre sus toscos senderos sin asfaltar.

Y es que actividades no faltan para colmar el tiempo fuera de las horas de excursionismo: desde un buda de bambú dorado dentro de un íntimo monasterio de madera hasta una colina donde ver como el sol se va a dormir o un pequeño Bagán en miniatura. Entre medio, todo lo demás: campos de arroz, sonrisas y búfalos de agua. Un entorno de tranquilidad perfecto para los que, como nosotros, huyen del ruidoso y caótico Mandalay.

3 bellezas bajo el paraguas

Con aires de genuina autenticidad, el pueblo resulta lo suficientemente práctico y cómodo para dejarse cautivar unas cuantas jornadas por sus señores y señoras: Mr. CharlesMrs. Popcorn Mr. Shake se disputan la etiqueta distintiva y familiar para captar la atención del visitante con sus camas, tés y deliciosos zumos de menta con piña, que realmente saben a piña, haciéndoles sentir plenamente reconfortados después de una caminata por los alrededores conociendo las entrañas de las aldeas shan y palaung.

Paisajes a las afueras de Hsipaw

Lugareña de una aldea Sham

¿Turistas? Por fortuna no muchos pero los días de auge están por venir. Y aunque la Lonely se empeñe en sugerir que Hsipaw está fuera de la ruta frecuentada, se otea en el horizonte una notable ampliación de la oferta de camas para que en un futuro no muy lejano el pueblo pueda absorber y seducir a aquellos caminantes a los que no les importa embarrarse hasta las rodillas, tal y como lo hacen recorriendo su compatriota lago Inle.

Pero este crecimiento, al igual que en el resto de Myanmar, no viene solo. Ni siquiera el edén se libra de estar salpicado de envases de plástico que discurren entre los rincones a la espera de una recogida o reciclaje inexistente. Antes, nos contaba nuestro guía Mr. Oo, se utilizaban las hojas de árboles para envolver comida u otros bienes, sin embargo ahora éstos han sido sustituidos por envoltorios que nunca mueren y que contienen polvos instantáneos como café, leche o cereales solubles que en exceso hacen enfermar a la población. Como a su madre, cuyas molestias de estómago dieron la alarma de que los noodles procesados no eran para nada compatibles con su salud digestiva.

Baño y colada

¿Abrirse al mundo significa el sacrificio de la cultura del país? Lógica, consciencia y ritmo pausado acorde al tiempo de asimilación requerido por cada pueblo deben ser la clave para que la feroz homogeneidad mundial no acabe por devorar esa esencia que los distingue del resto y por la que sentimos curiosidad tal y como son.

Por el momento, mi pequeña y encantadora Mrs. Hsipaw no ha perdido su cordial y fresca relación con el visitante extranjero. Cruzo los dedos para que siga siendo así y continuemos deleitándonos de la sencillez campestre de las tierras alejadas de las grandes y estresantes ciudades birmanas.

Hsipaw en imágenes

No hay que perderse

  • Visitar la sunset hill (1,30h caminando desde el centro) para ver Hsipaw a vista de pájaro y sentirte libre con las montañas de fondo como telón y el serpenteante río Dokhtawady bordeando el pueblo.
  • Hacer un pequeño paseo de 1h rumbo el norte visitando la zona de la Little Bagan con sus mini payas a través de una pequeña aldea sham con buda de bambú incluido para regresar de vuelta siguiendo la vía del tren.
  • Darse un baño caliente en las natural hot springs que hay pasadas algunas villas shan (preguntar a los locales) y acabar bajo el agua fría de la cascada de Anisakan que se encuentra a 2h del centro y se puede vislumbrar a lo lejos desde en sunset hill.

Dejaros seducir por…

El batido de piña, fruta de la pasión, lima y menta de Mr. Shake (situado en la calle principal) o al jardín de Mrs. Popcorn donde hacer una relajada parada en el camino disfrutando de una bebida refrescante y de palomitas caseras (antes de llegar a Little Bagan).

Dónde dormir

Nos gustó hospedarnos en Mr. Charles por 14$ la noche en habitación doble muy limpia, sin baño, con ventilador, WIFI y desayuno incluido con 3 packs a elegir, entre ellos fruta de temporada (plátano y piña), té, tostadas, churros o shan noodles con tofu frito. Éste fue el segundo mejor lugar donde desayunamos en todo Myanmar y los baños compartidos son de lejos los más limpios y renovados que hemos visto en mucho tiempo. También proporcionan un mapa de la zona para ver los alrededores.

Por un precio razonable (entre 5 y 10$ al día con comida, cena y/o alojamiento incluidos) se puede contratar in situ un guía para explorar las aldeas shan o un poblado palaung en las altas montañas a través de varias opciones trekkings. Los grupos son de máximo 6 personas lo cual facilita la experiencia e interacción con los lugareños que se van encontrando por el camino.

¿Coger o no coger guía? Circulan mapas dibujados a mano para realizar las excursiones por cuenta propia pero personalmente nos gustó la experiencia de tener a uno a nuestro lado ya que ejerció de traductor entre nosotros y los locales a la vez que nos explicaba las diferentes escenas cotidianas que sucedían a nuestro alrededor. No pude resistirme a fotografiar todas aquellas plantas o frutos silvestres que emplean como remedios naturales.

Moverse

No es necesario ningún vehículo motorizado para pasear por este pequeño pueblo y acercarse a los puntos situados más a las afueras. Por lo visto, a los extranjeros no se les permite alquilar motocicleta pero por supuesto, nada es imposible!

Comer vegano

Las ollas y bandejas con comida del día son la clave para no acabar con una sobredosis de noodles y arroz con verduras. En todos los pequeños negocios familiares es donde habrá más variedad y tan sólo hay que pronunciar la palabra mágica thataló para quitarnos de dudas y sorprendernos gratamente con la cocina de la zona a un precio local.

Restaurante barato de shan noodles

Sham noodles

Uno de los platos típicos deliciosamente irresistible son los shan noodles en sopa, hechos con fideos caseros de arroz sticky acompañados de hojas picantes de mostaza a modo de pickles. Fue una recomendación directa de  nuestro guía y se encuentra muy cerca de la Torre del Reloj por 200 kyats. Por 200 más les sumamos una peculiar bebida de arroz dulce fermentado con limón.