Más allá de los archiconocidos campos de trigo que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en la Toscana, encontramos una larga lista de pueblos bucólicos que salpican toda la región.
Son tantos, y algunos tan parecidos entre sí, que la sensación de déjà vu rural se hace muy patente en cada apretada callejuela.
Está claro: si no quieres emborracharte de pueblos, pavimentos adoquinados, iglesias o ventanas con macetas, necesitas ser selectivo con aquello que realmente te llame la atención. Por eso, te proponemos una tanda de pueblos toscanos, de esos bonitos a rabiar, para que escojas aquél que más vaya contigo.
Y ten presente este mantra al viajar: busca siempre la calidad de tu tiempo en ruta y no la cantidad de lugares visitados. A quién le importan los números :-)
Pueblos toscanos bonitos a rabiar
Orvieto
En el sur de la Toscana, en concreto en la región de Umbria, encontramos un impresionante pueblo que nos dice hola desde su amurallado balcón natural: Orvieto.
Éste está situado en la cima plana de una gran colina de toba volcánica que descansa sobre un laberinto de antiguas grutas. La fachada gótica del Duomo de Orvieto llena de personalidad el skyline y subir a la torre del reloj es más que recomendable para tener una vista panorámica del pueblo y de su entorno rebosante de campiñas.
Lo dicho, para nosotros Orvieto lo tiene todo para convertirse en el lugar idóneo donde residir por una larga temporada…
Siena
Siena es la ciudad más grande de este listado pero aún y así, tiene ese no-se-qué cautivador.
Puede que el aire medieval, su singular plaza en forma de caracol o sus múltiples puntos de vista en alto tengan mucho que ver cuando decimos que es una de las urbes mas hermosas de la Toscana.
Recomendación: pasea sin rumbo ya que prácticamente todas las calles llevan a la curiosa Piazza del Campo o a la Catedral. Cuando llegues a este punto, paga la entrada que incluya la visita al Gate of Heaven y al Facciatone (la Catedral es gratuita). Las vistas que estas a punto de contemplar, no te defraudarán si eres de aquellos viajeros que adoran las alturas.
Pienza
Pienza es una joyita en medio de la campiña situada entre Montepulciano y Montalcino. Pequeño e íntimo, este pueblo se basta con dos puertas medievales, una plaza principal, una iglesia, tres palacios y un mirador delicioso con vistas increíbles del valle de Orcia para seducirnos a todos.
Puedes escoger el rincón que más te plazca y ver la vida suceder a su propio ritmo.
Pitigliano
Pitigliano está suspendido sobre una colina de toba volánica de enormes dimensiones. Las vistas al pueblo desde la carretera de entrada son de las más bellas que recordamos.
Aunque desde fuera parece más grande, se recorre a pie y a paso lento en algo más de una hora y media, tiempo suficiente para fotografiar el entresijo de callejuelas, el barrio judío y su sinagoga.
Si todavía te queda tiempo y dispones de vehículo propio, puedes echar un vistazo a las curiosas Termas de Saturnia.
San Gimignano
Las torres fortificadas de San Gimignano se divisan ya desde bien lejos. El estilo medieval de esta ciudad amurallada se percibe en cada piedra de su arquitectura. Sus 4 plazas son una delicia y gracias a que está asentada en lo alto de una colina (para variar), se divisa el horizonte y muchos kilómetros más allá.
Aviso: este es uno de esos pueblos invadidos por los turistas; así que toca madrugar y armarse de una buena dosis de calma y paciencia.
Otros pueblos que pillan de paso
Monteriggioni
Esta ciudadela fortificada se visita en un suspiro. Eso sí, hay que decir que pasear a primera hora sin nadie merodeando por sus calles tiene su punto romántico. La mejor instantánea de Monteriggioni es desde fuera, junto al mar de espigas de trigo.
Amelia
Amelia no suele ser muy popular entre los foráneos pero es una de las ciudades más interesantes del sur de Umbria. Nuestro rincón preferido es la gran terraza justo al lado de la iglesia de San Magno, en lo alto de la colina.
Montepulciano
Lo mejor de visitar Montepulciano es que te encuentras justo en medio del Valle de Orcia. ¿Y eso qué significa? Que lo que vas a ver desde su punto más alto es un mosaico de campos con decenas de tonalidades difíciles de olvidar.
Volterra
El trayecto curvilíneo que nos llevó hasta Volterra fue pintoresco a más no poder. La ciudad, con más de 2.000 años de historia, es entrañable pero para nosotros, gana su localización rodeada de campiñas.
Montalcino
Si tuviéramos que destacar algo de Montalcino es su castillo, intacto hasta el día de hoy, y sus vetustas callejuelas carentes de turistas pero llenas de amables lugareños.