Singapur es el bálsamo del león al que todo mochilero le gusta arrimarse cual amante fugaz, ya sea para cambiar de avión o para renovar fuerzas a su paso por el sureste de Asia. Esta ciudad-estado que cabría sin mucho esfuerzo dentro del lago Toba, atrae por su pulido carácter cosmopolita a la vez que asusta por sus prohibitivos precios. Lo que nadie nos contó es que concentra decenas de restaurantes vegetarianos en los que pecar día sí y día también.
Casi nadie suele pasar más de una semana en Singapur.
Admitamos que todo él es caro y el bolsillo lo nota muchísimo si se llega procedente de un país más económico. Por temas burocráticos relacionados con el pasaporte y un abundante flujo de trabajo, nuestra estancia total entre idas y vueltas fue de mes y medio. Curiosamente, ni nos arruinamos ni nos aburrimos sino que aprovechamos para disfrutar como nunca del Couchsurfing, nutrirnos de comida vegana saludable y conocer a blogueros vegetarianos que nos regalaron su tiempo y con los que compartimos su experiencia verde desde la otra parte del mundo.
Singapur es una tierra portuaria de negocios pura y dura. La gran puerta comercial de transacciones financieras. En un futuro quiere llegar a ser como la pequeña Suiza de Asia. Brillantes y prósperas aspiraciones monetarias para uno de los cuatro tigres asiáticos. Y aunque sus más de 5 millones de habitantes puedan sentirse ‘apretados’ en una ciudad de tamaño menor a Barcelona, Singapur no tiene complejos por ser una nación pequeña. Crecer a lo alto es su fuerte pero a veces sí que necesita robarle parcelas al mar para sentirse territorialmente más grande.
La falta de recursos naturales hace que la agricultura no sea un sector económico importante debido a las limitaciones de su superficie y a la pobre calidad de sus suelos. No les queda más remedio que desarrollar plantaciones en vertical porque sencillamente, no tienen tierra en la que cultivar. Puede que en el futuro, les ayude a ser muchísimo más auto-suficientes e independientes en términos alimentarios.
A pie de calle, en los supermercados, queda patente que más de un 90% de los productos que se consumen en la mesa son importados de países vecinos (Tailandia, Malasia, Indonesia, Filipinas) y no tan vecinos (Australia, Nueva Zelanda, Japón, Israel…), cosa que supone una carga y coste añadido. Pero los ciudadanos están dispuestos a pagar un poco más por obtener productos de buena calidad. La consecuencia directa es que nuestra cesta de la compra se ve afectada de inmediato. Esto hace plantearnos si es más barato o no comer en la calle.
A los singapurenses les encanta salir a comer fuera. La comida forma parte de su cultura y modo de vivir y están abiertos a nuevos sabores y cocinas. En los últimos años ha crecido el interés por el bienestar, la salud y con ella la atracción por el vegetarianismo. Al igual que ocurre con su vecina Malasia, el multiculturalismo chino, malayo e indio promueven este estilo de vida pero al estar en la gran ciudad, su versión es más elegante, contemporánea y refinada.
Como veganos, creemos en la buena alimentación aún estando de viaje. Singapur fue el punto perfecto para dejamos nutrir por restaurantes con diferentes gastronomías: indias, chinas, malayas, europeas, raw… un vórtice verde para recargar energías y descansar del arroz y verduras que nos acompañaron en el resto de países.
Comida india
El distrito por excelencia es el Little India predominando los sabores de la cocina sureña de la India, la tamil. Aparte de albergar a uno de nuestros restaurantes favoritos de la ciudad (Gokul), encontramos los Komala Vilas, cadenas de restaurantes que sirven comida tradicional India a precios muy razonables. Siempre preguntar el tema de la mantequilla clarificada.
Caminando por la calle también podemos ver numerosos establecimientos con el letrero de Pure Vegetarian pero hay que tener en cuenta de que el término pure se refiere a libre de huevos pero suelen incluir en sus platos leche, ghee, mantequilla y yoghurt. El Pure Indian Vegetarianism no equivale a lo que conocemos como vegano, sino que es lacto vegetariano.
Los populares roti prata y roti canai suelen estar hechos a partir de agua, harina y grandes cantidades de grasa, que puede ser mantequilla o aceite.
Comida china
En su vertiente budista, la gastronomía China brilla en todo su esplendor y aunque a les gusten los mock meat, siempre podremos encontrar alternativas con verduras, salteados, fideos y arroz. Todo sin el temido MSG.
En Chinatown hay decenas de restaurantes vegetarianos pero destacamos el Chinatown Complex en el que hay decenas de puestos de índole vegetariana a muy buen precio. En la planta baja hay un mercado en el que aprovisionarse de frutas y verduras.
Pero si hemos de destacar un lugar, ese es el edificio Fortune Center (la parada de metro más cerana es Bugis). Sus tres plantas inferiores concentran gran cantidad de restaurantes vegetarianos y veganos sanos y económicos. Por menos de 5$ singapurenses (3€) comeremos una buena ración de noodles sin preocuparnos por el exceso de aceite, sal o MSG.
Cocina moderna
El aumento del interés por la cocina foránea ha traído consigo decenas de nuevos sabores para los singapurenses más curiosos y atrevidos. Platos ‘limpios’, modernos, frescos y occidentales han llegado hasta el puerto de Singapur dispuestos a seducirlos a todos.
Bruschettas de berenjena, maki sushis veganos, pizzas sin queso, ensaladas orgánicas… imposible aburrirse con este carrousel de opciones saludables.
Comida cruda
La tendencia raw está calando cada vez más entre la sus ciudadanos. Volver a lo natural, a lo no procesado, a lo compatible con el cuerpo son inquietudes que hacen abrir este tipo de restaurantes aunque la cultura por la comida tradicional con fuertes raíces como la china o la india, hacen que este tipo de negocios a veces cierren la persiana por falta de clientela.
Personalmente, adoramos la comida raw-vegan y esta ciudad nos ha brindado platos en crudo que nos han despertado la vigorizado hasta el alma.
Postres
Sabemos que hay que evitar los azúcares refinados a toda costa, tanto en casa como estando en ruta en medida de lo posible. Por suerte para nosotros, Singapur nos ha ofrecido una abanico enorme de alternativas sanas para acaramelar a nuestro paladar.
Los etnia china no suele consumir leche de vaca sino que trabaja la soja en todas sus posibilidades. Entonces… sin lácteos, sin huevo, sin mantequilla y con endulzantes naturales. ¿Qué más podemos pedir?
Bebidas
En Chinatown abundan las infusiones y tés herbales por lo que es una buena ocasión para probar todos los sabores que nos brindan sus neveras a pie de calle en lugar de bebidas endulzadas procesadas.
Los zumos naturales de fruta y bebidas se soja orgánica completan la oferta para calmar la sed más aguda.
Otras maneras de disfrutar veganamente en Singapur
- Asociaciones como la Vegetarian Society, formada en 1999, y Veggie Thursday promueven actividades y eventos para reunir a todos los vegetarianos y veganos. Y por qué no, si algún foráneo tiene tiempo y por fechas coincide, puede unirse y saber más acerca el funcionamiento de estos grupos pro-vida. Y por supuesto, conocer a muchísima gente interesante.
- Tu experiencia puede verse altamente enriquecida si contactas con bloggers de Singapur para compartir una desayuno, comida o cena. No solo aprenderás acerca de la cultura de la ciudad y sus rincones, sino que lo harás a través de ojos de gente que piensa como tú.
- Si te apetece aprender a cocinar, por qué no apuntarse a una clase de cocina vegetariana/vegana?
- En lugares como el Buddha Tooth Relic Temple y Singapore Buddhist Lodge hay comedores vegetarianos en los que el precio es simplemente la volutad.
- Si el presupuesto es ajustado siempre puedes visitar los Hawker Centres como el Chinatown Complex, Bugis Hawker Centre o el Tekka Food Centre en Little India donde comer bien es posible por muy pocos dólares.
No te pierdas nuestros restaurantes favoritos vegetarianos y veganos de esta singular ciudad.