Snacks saludables para matar el gusanillo entre horas

Mezcla de frutos y frutas secas

Cuando el gusanillo del estómago llama a la puerta y no tenemos nada a mano, es fácil caer en tentaciones no muy acertadas porque no sepamos gestionar correctamente ese ‘vacío’ temporal que sentimos. Es conveniente siempre disponer de frutas y snacks saludables en la maleta en forma de pequeñas dosis saludables para contrarrestarlo.

Frutos secos y fruta deshidratada = energía en pequeñas dosis

El procedimiento correcto para hacer que algunas semillas y frutos secos (siempre crudas, no tostados) sean más digestivos, consiste en ‘activarlos’ poniéndolos durante unas horas en remojo, hecho que hará que sus inhibidores enzimáticos desaparezcan.

Pero hay que tener en cuenta que al estar de viaje lejos de casa no se dispone de espacio físico ni de los utensilios para hacerlo, por lo que se sobreentiende que podemos ser permisivos en ese aspecto: es mucho mejor consumir frutos secos ‘sin activar’ que no snacks procesados y refinados vacíos de nutrientes ;-)

Viagra natural!

Deshidratados

En nuestro caso, Turquía nos lo ha puesto muy fácil: cuando estábamos en medio de la nada, afortunados de nosotros, hemos podido encontrar muchos puestos callejeros para saciarnos con energía  buena: nueces, avellanas, almendras o incluso orejones, higos o moras blancas deshidratadas.

Los dátiles, por ejemplo, nos han ayudado a mantenernos activos gracias a los azúcares que liberan poco a poco y dilatan la energía durante más horas y los pistachos nos han llenado de vitaminas, minerales y otros súper nutrientes… Eso sí, siempre con moderación.

Ya en la ciudad, en el Bazar de las Especias de Estambul, ‘bocaditos’ para llevar hechos con dátiles y frutos secos o higos con nueces han resultado ser un pequeño gran snack que nos ha sacado del apuro más caprichoso.

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Es bien sabido que cuando se viaja, muchas veces dejamos de lado la perfección a la que solemos estar acostumbrados en casa pero, hemos de ser capaces de poder ser flexibles, desarrollando la capacidad de adaptación a los cambios y saber entonces escoger de entre todas las posibilidades a nuestro alcance, las más sanas, lógicas y las que menos comprometan a nuestro cuerpo.