Un gran equipo de dos: viajar en pareja

Viajar en pareja

“Reunirse es un comienzo. Mantenerse juntos es progreso. Trabajar juntos es el éxito.” Henry Ford

Con cada nuevo viaje se rompen las rutinas que mantienen a la pareja en piloto automático; empiezan unos días para reaprender a convivir juntos y conocerse de nuevo en algún lugar lejano.

Esto es un arma de doble filo ya que las estadísticas afirman que un exceso de pareja en vacaciones, puede acabar con la propia relación. En pocas palabras, demasiado roce lleva al repentino desencanto.

Hace más de 15 años que este par de reverdes son compañeros de vida, de trabajo y de viajes. Durante este largo trayecto, hemos conocido muchas cosas el uno del otro y seguimos en constante aprendizaje parejil.

Partiendo de que viajas con una relación sana, estas son algunas conclusiones basadas en la propia experiencia para que disfrutes de un tiempo de calidad con tu compañero/a de vida mientras estás de vacaciones. Y por supuesto, son aplicables tanto estando en ruta como en casa, en cualquier lugar y a todas horas.

AMABILIDAD POR ENCIMA DE TODO

No sólo hay que practicar la amabilidad con los demás. Es de vital importancia serlo también con la persona que nos acompaña en este pequeño mini viaje dentro de uno más grande, que es nuestra vida.

Muchas veces nos olvidamos de dar las gracias a la pareja. Quizás porque creemos que tenemos privilegios de favores por su parte y es lo menos que puede hacer por nosotros o tal vez, porque creemos que son menos merecedores de recibirlas al estar siempre juntos y darlas por sentadas.

Sacar a relucir ese lado tan afable hace que el otro se sienta atendido, valorado y comprendido. Que te ayude a colocar la mochila de 15kg, que haga cola en la estación, que reserve el alojamiento para el siguiente destino… Su tiempo es tan valioso como el tuyo y con cada uno de esos gestos desinteresados, queda patente que decide entregártelo a ti.

No dejemos que se vaya fragmentando. ¡Hay que trabajarla y ser constante! Se necesita ejercer como un músculo para que crezca y se mantenga bien en forma.

Por decirlo de alguna manera, la amabilidad pega a las parejas como el Super Glue.

APRECIA A TU COMPAÑERA/O

No saber apreciar (la palabra ‘desprecio’ me parece demasiado dura y espero que ¡nadie se vaya de vacaciones con una persona a la que desprecie!) puede que sea uno de los factores quebrantadores de relaciones y más en vacaciones, cuando todo se vive con una intensidad a flor de piel.

Centrándonos sólo en criticar, pasamos por alto las cosas positivas que la pareja hace en su día a día, viendo negatividad en todas partes cuando no la hay.

Si te encanta el hoyito que se le hace en la barbilla cuando sonríe, lo bien que ha sabido gestionar sus emociones cuando la situación era insostenible o simplemente, porque a su lado te sientes feliz como una perdiz, házselo saber. Las cosquillas que sentirá en su interior serán sublimes, y más viniendo de la persona con la que comparte su vida y que aún habiendo pasado los años, sigue apreciando las cosas tan fantásticas que ve en él o ella.

Por otro lado, las parejas que se hacen caso en los momentos de reclamo de atención, por muy insignificantes que nos puedan parecer esas llamadas, están mucho más conectadas entre sí al otorgar valor a aquello que es importante para el otro.

PROHIBIDO QUEJARSE

Nadie nace sabido ni perfecto. Cada persona responde de manera completamente diferente ante nuevos estímulos y vivencias.

En los viajes largos que abarcan varias semanas (o meses), a veces ocurre que las energías y el estado anímico no siempre están en sus niveles más óptimos. Es normal que te puedas sentir cansado/a, quemado/a o sobrecogido/a por todo lo que estás viviendo.

No voy a decir que no te quejes. Tienes todo el derecho. Pero sabes que con eso no se contribuye a dejar un buen sabor de boca en el ambiente y más si tienes a tu acompañante justo a un metro de ti. Protestar te hace humano/a pero sería genial que lo hicieras para tus adentros y no en voz alta porque, ¿de verdad queremos empañar el momento con comentarios poco prácticos?

Venga va, sé un poquito comprensivo/a: esa circunstancia ante la que te encuentras y que te disgusta o estresa muchísimo, posiblemente tu pareja también la pueda sufrir a su manera más adelante.

Si por suerte estás en una posición privilegiada de control emocional y lo llevas bien, échale una mano para tratar de enfocar sus preocupaciones o malestares desde otro ángulo, quitando hierro al asunto. Pero si no es el caso y estás de bajón porque todo te puede, tómate unos segundos para respirar y piensa que sea lo que sea, se irá tan pronto como ha llegado.

DISCUSIONES SANAS

Perder un autobús por pocos segundos, olvidarse la guía en un restaurante o no apuntar bien la dirección del hostal son pequeñas chispas que pueden provocar un gran incendio difícil de apagar. No hace falta un motivo real aparente porque podemos discutir por todo y por nada a la vez.

Sé que en muchas ocasiones y dada la tensión del instante, no es para nada fácil pero busquemos la practicidad de la situación. Ninguno de los dos quiere pasar el día de morros, ¿cierto? Pues no hay más solución que bajarse del burro, mantener al ego a raya y no empeñarse en ganar una guerra inexistente: abramos la puerta al diálogo y demos la espalda a la hostilidad.

Nos encontramos en pleno viaje con la persona más fantástica del mundo justo al lado así que lo más provechoso para ambos es que identifiquemos la verdadera razón por la que ha empezado todo e intentemos no caer en una espiral de reproches sin sentido y fuera de lugar.

Realicemos un intercambio de opiniones sano basado en el respeto. Resolvamos el embrollo cuanto antes y de la manera más inteligente posible para volver al presente con una gran sonrisa y seguir disfrutando de la grata compañía.

INSTANTES DE CONEXIÓN

Las vacaciones se entienden como una época para cargar pilas, experimentar y compartir un tiempo de calidad con el cónyuge. En ocasiones, de tantas cosas que nos hemos propuesto hacer en nuestra apretada agenda, olvidamos incluir pequeños guiños de unión emocional, tan y tan necesarios para nutrirnos mutuamente.

Unas velas compradas en un súper, una pizza viendo el atardecer, un picnic en medio de la nada, un desayuno improvisado en la cama del hostal… El factor sorpresa siempre es bien recibido y no tenemos por qué dejarnos los ahorros para planear una ocasión idílica.

Por si no os habéis dado cuenta, soy de las que aún piensan que el romanticismo nunca ha pasado de moda y siempre es buen momento para practicarlo.

QUE NUNCA FALTE EL HUMOR

La vida es demasiado corta para tomársela completamente en serio: el humor es una de nuestras grandes bazas para la vida.

Es una píldora infalible que sirve para todo y no tiene contraindicaciones: destensa, relaja, desarma y motiva. El humor aligera tensiones y ejerce de contrapeso en las situaciones más estresantes, aumentando la complicidad entre los dos.

Claro está, hay un momento y un lugar para saber bromear. Si se hace con elegancia y sin un ápice de sarcasmo, todos saldremos ganando y los momentos tensos quedarán olvidados al instante.

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